
El mundo empresarial actual es muy competitivo, y es lógico que se quiera estar entre los primeros puestos de ventas y con los mayores ingresos. Todos aspiramos a llegar a eso, pero hay que tener en cuenta que en el camino para conseguirlo intervienen distintos actores.
Hoy en día existen muchas empresas emergiendo con el fin de posicionarse en lo alto, independientemente de su sector, y es por esta razón que es importante tomar ciertas medidas para conseguir establecerse en los primeros puestos sin morir en el intento.
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Primeramente, para establecerse como una entidad empresarial de gran prestigio, tanto en ventas como en ganancias, se debe comenzar por el establecimiento de una estrategia acorde con los objetivos que se quieren lograr. En este proceso hay que tener en cuenta los actores que implican riesgo y que pueden impactar negativamente en el funcionamiento de la misma.
Una de las estrategias más comunes y aplicadas por la mayoría de las empresas es el conocido valor añadido, cuya estrategia a nivel económico juega un rol importante en cada empresa existente.
El valor añadido en una empresa actúa como un plan para atraer y fijar clientes potenciales, es decir, cuando una empresa decide agregar valor, sea a un producto o servicio, obtendrá como respuesta el interés de los clientes por acceder a la compra del mismo debido a que ellos buscan productos que tengan una relación calidad-precio.
Tabla de contenidos
¿Qué es el valor añadido de una empresa?
El valor añadido es la terminología que se le da a las características y valores que se le añaden a algún producto o servicio, que permiten que sean preferidos por los posibles consumidores del mismo.
El valor añadido le da a la empresa un mejor reconocimiento ante la demandante competencia empresarial.
Este valor añadido se genera en la mente de los clientes y se reconoce de acuerdo a las necesidades y expectativas que tienen los usuarios, según el uso que le vayan a dar.
¿Cómo aplicamos el concepto de valor añadido a una empresa?
Para aplicar el valor añadido en una empresa se debe conocer el cliente para el que se trabaja, saber qué tipo de cosas prefiere, cómo le gusta encontrar los productos o servicios y pequeños aspectos. Y, por supuesto, conocer el agrado y satisfacción del cliente analizando su comportamiento o comentarios tras la adquisición. En pocas palabras, se debe realizar un análisis del consumidor/cliente y hacer un seguimiento post-venta.
Es importante que la clientela conozca el valor añadido que tiene el determinado producto o servicio, y que la empresa tenga como objetivo primordial incorporarlo de forma prioritaria para los clientes de acuerdo a su reacción, nivel de satisfacción y conformidad.
El valor añadido significa llevar algun producto o servicio más allá de lo convencional, generando más clientes y por ende más ventas. La mayoría de los valores añadidos descienden o se generan de la palabra “regalar o gratis”, siendo esto un aspecto clave para que el usuario consumidor se interese más por adquirir aun producto o servicio de una empresa.
Importancia del valor añadido en una empresa
Esta estrategia económica empresarial no solo contribuye a la generación de más ingresos, sino que también permite a la entidad empresarial construir una relación de lealtad con sus clientes más cercanos construyendo una comunidad fiel, y a la vez permite retener nuevos prospectos de clientes.
Con el valor añadido en algún producto o servicio de una empresa se puede fluir y alcanzar una gran posición en el mercado, ofreciendo productos que tengan una gran utilidad y calidad, con un precio accesible y justo en comparación con la competencia directa.
El valor añadido es una buena herramienta a implementar cuando en el sector en el cual se trabaja está impregnado por múltiples opciones de empresas y nuevas start-ups o emprendedores. Los clientes siempre buscan algo distinto o extra que les cause interés, y la mejor forma que tiene una empresa para lograr es aplicando el valor añadido.
Diversos ejemplos del valor añadido
El valor añadido no es algo complicado de entender, en realidad es una estrategia que se ve muy a menudo y una herramienta de alcance mediante la cual muchas personas han adquirido productos o servicios. Entre algunos ejemplos comunes podemos encontrar:
- Adquision de algún equipo electrónico que venga con garantía por un cierto período de tiempo y con servicio de soporte gratis en caso de avería. La adquision sería el equipo electrónico, pero el valor añadido radica en lo demás que se ofrece.
- Al comprar un coche de gran prestigio y de calidad, se suele agregar un valor añadido debido a que la marca ha tenido una gran reputación durante años y se reconoce por su gran calidad y durabilidad.
- La compra de un cierto producto determinado con otro gratis o con una muestra de otro producto suele ser un buen ejemplo: si se compra un champú de gran tamaño se pude ofrecer una pequeña muestra gratis de un acondicionador de la misma marca.
¿Cómo logramos impactar con un valor añadido?
Al aplicar un valor añadido a un producto o servicio y que sea óptimo es importante tomar en cuenta 3 factores claves, entre los cuales están los siguientes:
- Se debe ser auténtico, ofrecer servicios o productos distintos a la competencia que sean concurridos por los clientes de acuerdo al sector de la empresa, jugando con la oferta y demanda, generando así un servicio y producto que nadie más es capaz de ofrecer.
- Incorporando elementos extras, en especial y específicamente añadiendo servicios de atención de calidad, versátil y rápida, mejorando así la calidad del conjunto que se ofrece.
- Buscar e incorporar acciones extras que provoquen una superación de las expectativas en los clientes potenciales.
Es cierto que el precio influye mucho en la decisión de adquisición, pero si se mantiene un valor añadido equilibrado con la presencia de beneficios convenientes para los clientes y que superen la oferta de la competencia, los clientes estarán satisfechos y mejoraremos su fidelidad con la marca.
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