Que el sector turístico en España es el sector que más aporta a la economía española es una evidencia que nadie puede rebatir, ya que aporta aproximadamente un 15% del PIB y 2,8 millones de empleos en todo el país. El impacto provocado por la pandemia de la COVID-19 ha afectado a varios ámbitos empresariales, la economía nacional se ha visto muy perjudicada, tanto que el movimiento de empresas se ha visto claramente damnificado -las fusiones y adquisiciones de empresas, particularmente- como lo ha tenido en el sector turístico, el cual ha supuesto un problema de extraordinaria relevancia.
Aunque, España tenía puestas sus esperanzas en que la temporada estival salvase las cifras espantosas del primer semestre, no ha sido de esta forma, en parte, a las recaídas, múltiples rebrotes, nuevos contagios y cifras preocupantes que en la actualidad volvemos a sufrir. Además de esto, se añade a la lista de casualidades negativas el veto de muchos países europeos (nuestros principales mercados turísticos) al nuestro con limitaciones a los viajeros, como por ejemplo, recomendaciones de no viajar a España desde los principales Gobiernos, cuarentenas obligatorias, test obligatorios, etc.
Al contrario de lo que pasó en la precedente crisis de 2010, el turismo ahora no es el motor económico que fue entonces. Ahora está en el centro de todos los problemas. En 2019 llegaron a España 82 millones de turistas y gastaron aproximadamente 90.000 millones de euros, los cuales ahora son un espejismo remoto.
Es por esto, que el sector tiene que tomar las riendas de su futuro y actualizarse a los nuevos tiempos que vendrán: los destinos turísticos han de trabajar para fortalecer el conjunto del sector y desarrollar un turismo más sostenible.
Algunas pautas que seguirá el turista post-covid:
- El turista post-covid seguirá siendo muy exigente y con una demanda de experiencias diferenciadas donde el aspecto clave será el de la seguridad.
- El contacto con la naturaleza y los espacios abiertos son algunas de las primeras preferencias en la demanda.
- Fomentar este turismo de calidad y sostenible también debe ser accesible económicamente y hay que tirar de imaginación, innovación y nuevas tecnologías para la creación de nuevos productos y servicios.
Es un buen momento para trabajar estos aspectos que acabarán siendo muy positivos para el sector.
Los hoteles nacionales podrían encontrar una buena alternativa para salir de la crisis en las fusiones y adquisiciones y lograr fortalecer el sector y así desarrollar un turismo más sostenible.
Para las grandes cadenas internacionales, esta crisis supone la oportunidad de echar las redes a hoteles de menor tamaño aprovechando la coyuntura generalizada. En una encuesta publicada por Deloitte España, el 40% de los ejecutivos del sector hotelero dijeron que los inversores aprovecharían la crisis para comprar establecimientos en dificultades. La consolidación parece una alternativa lógica con este escenario.
Por lo que, se aproxima que los aspirantes a entrar en este baile de fusiones serán los hoteles con un tamaño de entre 70 y 80 habitaciones, ubicados en las grandes urbes.
Las fusiones hoteleras no son fáciles. La integración puede ser compleja, y las marcas de éxito pueden perder su brillo en organizaciones más grandes. No obstante, las consecuencias de la pandemia pueden perdurar años, el sector sigue estando muy fragmentado, y con muchas cadenas de menor tamaño luchando por subsistir. Eso debería implicar muchas operaciones para resguardar la potencia del turismo en nuestro país.